Análisis

5 temas a seguir en la Semana del Clima 2021

Los gobiernos y las empresas -especialmente los principales emisores del mundo- deben intensificar urgentemente sus compromisos para evitar los peores impactos del cambio climático, y luego pasar rápidamente de los compromisos a la acción.

Sungrow EMEA / Unsplash

Los líderes mundiales se reúnen en Nueva York esta semana y la próxima para la reunión de la Asamblea General de la ONU (AGNU76) y la Semana del Clima. Los dos grandes eventos llegan en un momento crítico para la acción climática.

El mundo se enfrenta a una emergencia. Casi todos los habitantes del planeta han sentido este verano los efectos del cambio climático: desde las devastadoras inundaciones en China, Uganda, Nigeria, Estados Unidos y Europa Occidental, hasta las olas de calor y sequías extremas en África y América, pasando por los incendios forestales sin precedentes en Estados Unidos, Canadá, Rusia y el Ártico, y las intensas lluvias monzónicas en India y Filipinas. El número de víctimas en la vida y los medios de subsistencia de las personas sigue aumentando.

Mientras tanto, el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el organismo científico más autorizado del mundo sobre el cambio climático, muestra que estos impactos son sólo el principio. Parecerán leves en comparación con lo que tendremos que afrontar si no actuamos. El informe concluye que el mundo todavía tiene un estrecho camino para limitar el calentamiento global medio a 1,5 grados C (2,7 grados F) -el límite que los científicos dicen que es necesario para evitar los peores efectos del cambio climático-, pero requerirá un cambio rápido y transformador esta década.

Los gobiernos y las empresas -especialmente los principales emisores del mundo- deben intensificar urgentemente sus compromisos para hacer frente a este reto, y pasar rápidamente de los compromisos a la acción. A sólo seis semanas de las negociaciones de la ONU sobre el clima en Glasgow (COP26), en las que los países deben hacer grandes progresos en materia de acción climática, la AGNU y la Semana del Clima son oportunidades importantes para que los líderes muestren su ambición en materia de cambio climático.

He aquí cinco áreas críticas que estamos observando en busca de signos de progreso:

1. Planes Climáticos Nacionales (NDCs) más fuertes

La AGNU presenta una oportunidad inmejorable para que los principales emisores den un paso adelante con planes más ambiciosos para reducir sus emisiones de aquí a 2030. Este año se espera que todos los países presenten planes climáticos nacionales actualizados, conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN), en el marco del Acuerdo de París. Hasta ahora, 116 países que representan aproximadamente la mitad de las emisiones mundiales han presentado planes actualizados. Sin embargo, solo la mitad de ellos (67 países), reflejan una mayor ambición que sus planes originales presentados en 2015, y en conjunto estos esfuerzos no son suficientes para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados C.

Los principales emisores que aún no han anunciado objetivos nuevos y más ambiciosos deben presentar antes de la COP26 ofertas serias para frenar sus emisiones de aquí a 2030. En la reunión ministerial del G20 celebrada en julio, los países del G20 se comprometieron a presentar nuevos o actualizados NDC para la COP26. La Asamblea General de las Naciones Unidas es una excelente oportunidad para presentar esos objetivos. Un nuevo documento de WRI y Climate Analytics concluye que si todos los países del G20 fijan objetivos ambiciosos de reducción de emisiones para 2030 y se comprometen a alcanzar las emisiones netas cero a mediados de siglo, el aumento de la temperatura global podría limitarse a 1,7 grados C, manteniendo el objetivo de 1,5 grados C al alcance.

Los focos apuntan especialmente a China, el mayor emisor del mundo, que aún no ha anunciado un objetivo más firme de reducción de emisiones para 2030. Para cumplir su promesa de neutralidad de carbono en 2060, es imprescindible que China anuncie una CDN más estricta y deje de financiar el carbón a nivel internacional, como se comprometieron recientemente Corea del Sur y Japón (los otros dos principales financiadores del carbón a nivel internacional).

Otros grandes emisores que deben dar un paso adelante son India, Turquía y Arabia Saudí, que aún no han presentado sus NDC actualizadas, y Australia, Brasil, México, Rusia e Indonesia, que no avanzaron o retrocedieron con los objetivos actualizados para 2030 que presentaron.

Las naciones vulnerables -muchas de las cuales han presentado sólidos planes climáticos- están instando a los principales emisores a tomar medidas concretas y a corto plazo sobre el cambio climático. Garantizar que los principales emisores aumenten su ambición para la COP26 es una de las principales prioridades del consorcio Allied for Climate Transformations 2025 (ACT2025), un grupo de organizaciones de naciones vulnerables que están informando e influyendo en las negociaciones de la COP26. ACT2025 publicará en breve una Declaración de la Alianza en la que se concretará lo que hay que hacer para que la COP26 sea ambiciosa y justa.

2. Más financiación para el clima por parte de los países ricos

Uno de los principales temas que hay que observar en la AGNU es si los países ricos dan un paso adelante con la nueva financiación para el clima y otros tipos de ayuda al desarrollo para los países en desarrollo. Para la COP26, los países desarrollados tienen que demostrar cómo van a cumplir y ampliar su compromiso de movilizar conjuntamente 100.000 millones de dólares al año en financiación climática para los países en desarrollo. Abordar el déficit de financiación para el clima es vital para el éxito de la COP26 y para restablecer la confianza con los países en desarrollo.

De hecho, los 100.000 millones de dólares anuales son sólo una fracción de lo que los países vulnerables realmente necesitan para descarbonizarse y crear resiliencia a los impactos climáticos, por lo que deberían considerarse como un piso para la financiación climática. Los países desarrollados deberían comprometerse a aportar un mínimo de 500.000 millones de dólares en total durante el periodo 2020-2024, y deberían establecer un objetivo más ambicioso que se acordaría antes de 2025, para apoyar a los países en desarrollo.

Estados Unidos, especialmente, no ha contribuido en su justa medida al objetivo de financiación global del clima. Otros países ricos que van retrasados en sus contribuciones también tendrán que dar un paso adelante, como Italia, Canadá, Australia, España y otros. ¿Lo harán durante la Semana del Clima?

Los países desarrollados también deberían anunciar nuevas promesas de financiación para la adaptación al clima, especialmente para el Fondo de Adaptación, a fin de garantizar un equilibrio de financiación entre la mitigación y la adaptación. La adaptación sólo representa el 21% de la financiación global para el clima. Además, los países desarrollados deben mejorar el acceso a la financiación climática y garantizar que llegue al ámbito local, que es una prioridad absoluta para los países en desarrollo.

También estaremos atentos a los anuncios de moratoria de la financiación internacional de los combustibles fósiles, incluida la del carbón. En la cumbre del G7 celebrada en Carbis Bay, sus miembros reafirmaron su compromiso de poner fin a la financiación internacional del carbón para finales de 2021 y confirmaron las promesas anteriores de eliminar las subvenciones a los combustibles fósiles para 2025.

3. Crear sistemas alimentarios más equitativos

Junto a la Asamblea General de este año, la ONU acogerá la primera Cumbre de Sistemas Alimentarios del mundo para abordar las desigualdades e ineficiencias del sistema alimentario e identificar soluciones relacionadas con la alimentación para luchar contra el cambio climático y alcanzar otros objetivos de desarrollo.

Los países y otras entidades deberían realizar inversiones para producir alimentos de forma más sostenible; proteger los ecosistemas restantes de la expansión agrícola; reducir la demanda de agricultura intensiva, por ejemplo, reduciendo la pérdida y el desperdicio de alimentos; y restaurar los paisajes degradados para que sean productivos. Cumpliendo estos objetivos simultáneamente, podemos alimentar a una población mundial creciente y al mismo tiempo mitigar el cambio climático, garantizar que los agricultores y ganaderos puedan adaptarse a los impactos del cambio climático y sacar a millones de personas de la pobreza.

4. Acción de los actores no estatales

Además de la acción de los gobiernos nacionales, necesitaremos una mayor ambición por parte de los actores no estatales, como las ciudades, las empresas y otros.

En la Semana del Clima, un grupo de alcaldes hará un llamamiento a la acción instando a los gobiernos nacionales y subregionales, a las empresas y a las instituciones financieras a incrementar urgentemente las políticas y las inversiones para apoyar la conservación, la restauración y la gestión sostenible de los bosques. Esta declaración se realiza a través de la iniciativa Cities4Forests, una coalición de 73 grandes ciudades comprometidas con una mayor acción forestal. Los datos demuestran que los habitantes de las ciudades dependen en gran medida de los bosques -incluso de los que están lejos- para tener un aire y un agua limpios, reducir las islas de calor y las inundaciones, y secuestrar carbono.

WRI se unirá a sus socios para lanzar un nuevo e importante programa de ciudades denominado UrbanShiftcuyo objetivo es transformar las ciudades mediante un desarrollo inclusivo y bajo en carbono. El programa colaborará con más de 23 ciudades de nueve países, promoviendo soluciones locales a retos como los riesgos climáticos, la desigualdad de género o la expansión urbana, entre otros.

Las empresas también deberían dar un paso adelante en este momento entre la AGNU y la COP. Hay un gran impulso: Casi 2.000 empresas se han comprometido o han establecido objetivos basados en la ciencia para reducir sus emisiones. Y más de 250 propietarios de activos, gestores de activos y bancos -responsables en conjunto de activos por más de 80 billones de dólares- se han comprometido a realizar la transición de sus carteras hacia las emisiones netas cero a más tardar en 2050, en el marco de la Alianza Financiera de Glasgow para la Red Cero. Han acordado utilizar directrices basadas en la ciencia para alcanzar las emisiones netas cero, cubrir todos los ámbitos de las emisiones, incluir objetivos provisionales para 2030 y comprometerse a presentar informes y una contabilidad transparentes.

Las empresas también deberían utilizar su influencia para presionar a los gobiernos nacionales para que adopten medidas climáticas más ambiciosas. De forma más inmediata, las empresas estadounidenses deberían apoyar públicamente el paquete de conciliación que está estudiando el Congreso de Estados Unidos, que presenta una de las mejores oportunidades para cumplir los objetivos climáticos de Estados Unidos: los directores generales de 12 grupos de medio ambiente y sostenibilidad pidieron recientemente a las empresas que lo hicieran.

5. Reducción de los gases distintos del CO2

También esperamos que Estados Unidos y Europa anuncien un nuevo e importante compromiso mundial para reducir las emisiones de metano en casi un tercio para 2030. Se invitará a otros países a adherirse al compromiso. El metano es un potente gas de efecto invernadero, con un potencial de calentamiento 87 veces superior al del dióxido de carbono en 20 años. La reducción de las emisiones de metano es vital para hacer frente al cambio climático.

La urgencia de actuar durante la Semana del Clima y la AGNU76

Nos encontramos en un momento crucial. Los impactos climáticos que estamos viendo hoy parecerán leves en comparación con los años futuros si no actuamos. Tenemos que hacer cambios rápidos y radicales en la forma en que utilizamos y fabricamos la energía, producimos los alimentos, gestionamos la tierra y movemos a las personas y los bienes. La buena noticia es que al hacerlo crearemos un mundo más sano, más seguro y más próspero. Creará puestos de trabajo y beneficios económicos muy necesarios, y evitará un futuro calamitoso.

A medida que se acerca la COP26, ha llegado el momento de que los gobiernos, las empresas y otras partes interesadas actúen con la ambición que exige este momento. Los líderes mundiales deben utilizar el escenario global de la AGNU76 y la Semana del Clima para mostrar a sus ciudadanos y a sus pares que reconocen la urgencia de la crisis. Sus acciones determinarán nuestro destino colectivo.