Opinión

Las soluciones basadas en la naturaleza en las ciudades son el futuro de la lucha contra el cambio climático. He aquí cómo financiarlas.

La naturaleza es la solución más eficiente desde el punto de vista de los recursos para ayudar a construir ciudades resilientes, vibrantes y preparadas para el futuro, pero aplicar soluciones basadas en la naturaleza necesita financiación. He aquí cinco formas de financiar la transición ecológica.

Sandi Benedicta / Unsplash

Los alcaldes de América Latina, África y Asia acogerán a más del 90% de los nuevos habitantes urbanos en la próxima década. Gobernar estas ciudades en expansión es un reto permanente, no sólo en términos de diseño urbano y revitalización, sino también de preparación para el cambio climático.

En la actualidad, el 80% de las ciudades del mundo se enfrentan a fenómenos climáticos extremos, y más de 1.400 millones de personas que viven en los mayores centros urbanos del mundo están amenazadas por riesgos naturales.

El papel fundamental de las ciudades a la hora de liderar la lucha mundial contra el cambio climático está bien establecido, pero falta una pieza fundamental que es el punto neurálgico de la protección contra el cambio climático: unos ecosistemas sanos.

Naturaleza: la solución más rentable

Los habitantes de las ciudades dependen en gran medida de la contribución de la naturaleza a su salud, felicidad, prosperidad y seguridad. Dado que las ciudades y sus ciudadanos dependen de la naturaleza, tienen mucho que ganar protegiéndola. Las ciudades luchan por satisfacer las necesidades de unas economías y poblaciones en crecimiento, y la naturaleza puede ayudar.

Las necesidades de inversión en infraestructuras urbanas a nivel mundial se estiman entre 4,5 y 5,4 billones de dólares al año, lo que se traduce en un déficit de financiación estimado en 350.000 millones de dólares al año en comparación con los niveles actuales de inversión en infraestructuras. Las soluciones basadas en la naturaleza (NbS) para infraestructuras son un 50% más baratas que las infraestructuras tradicionales hechas por el hombre y proporcionan un 28% de valor añadido - incluyendo la descarbonización del entorno construido, la resiliencia climática, la captura del valor de la tierra y la creación de empleo. A pesar de los beneficios demostrados, menos del 0,3% del gasto actual en infraestructuras urbanas se destina a NbS.

Los déficits de gasto en NbS y las intervenciones inadecuadas pueden tener efectos demoledores, no sólo en términos de crecimiento, sino también en la estabilidad de nuestras ciudades. Es fundamental que las ciudades y los Estados de todo el mundo apliquen soluciones climáticas naturales en la mejora y el desarrollo de las infraestructuras.

5 pasos para financiar soluciones basadas en la naturaleza en las ciudades

Las asociaciones multisectoriales e intersectoriales podrían aumentar la inversión en soluciones basadas en la naturaleza para la resiliencia urbana y resolver los retos urbanos estructurales. Para ello son necesarias cinco cosas:

1. Reformar la infraestructura financiera

Algunas ciudades carecen de autonomía presupuestaria para realizar inversiones en infraestructuras basadas en la naturaleza y en la acción por el clima. La autonomía presupuestaria permite a las ciudades abordar los próximos retos climáticos, naturales y de infraestructuras sociales.

Durante la pandemia de COVID-19, Melbourne y Quito aprovecharon las oportunidades de financiación nacional, regional y municipal para integrar la acción por el clima en los esfuerzos de recuperación, desarrollando y aplicando planes de movilidad activa e infraestructuras para bicicletas. Las ciudades que carecen de recursos suficientes para optar a financiación utilizando medidas tradicionales de solvencia pueden beneficiarse de mecanismos financieros emergentes y novedosos.

Las instituciones internacionales y los inversores privados deben comprometerse directamente con las ciudades y desarrollar vehículos innovadores dirigidos a las áreas más necesitadas. Al vincular la financiación a resultados sociales y naturales positivos, los planes de inversión de las ciudades y los vehículos de financiación privada se basan en objetivos climáticos con base científica y en principios de equidad. Deben promover la resiliencia ante los choques, desde las pandemias hasta el cambio climático, y anticiparse a los impactos previstos del crecimiento urbano, desde los asentamientos informales hasta los cambios migratorios y más allá.

2. Identificar proyectos listos para la inversión

Sólo entre el 2% y el 9% de la financiación de la adaptación se destinó a proyectos identificables de adaptación al clima, de los cuales menos del 1% se destinó al África subsahariana y menos del 3% a Sudamérica. La buena voluntad no es suficiente; tampoco lo son las soluciones sobre el papel o las recomendaciones políticas.

Las ciudades son capaces de reducir las emisiones, mitigar el cambio climático y adaptarse a él y aumentar la inversión en soluciones basadas en la naturaleza para las infraestructuras urbanas, pero su aplicación activa es fundamental. Debemos sentar las bases con proyectos financiables. Las ciudades necesitan procesos estandarizados y formas de agrupar proyectos para lograr economías de escala. Los proyectos serán más fáciles de ampliar y más atractivos para la inversión si se agrupan desde las perspectivas de la ciudad y del inversor.

Es importante unirse y crear una coalición que pueda poner en marcha esta vía, incluyendo políticas, mecanismos financieros e intervenciones espaciales. Ello incluye la selección de modelos exitosos de colaboración público-privada que puedan ampliarse a escala mundial, el desarrollo de la capacidad de los gobiernos locales y la puesta a prueba de nuevos enfoques de planificación conjunta y coinversión.

La identificación de soluciones probadas y la incorporación de equipos dedicados a la naturaleza y el clima deben ir acompañadas de inversiones positivas para la naturaleza.

3. Reforma política y jurídica

Es esencial incentivar las inversiones y proyectos positivos para la naturaleza con exenciones fiscales y subvenciones inteligentes, al tiempo que se regulan las intervenciones perjudiciales.

Un amplio abanico de expertos y partes interesadas, desde activistas a dirigentes empresariales, deben participar en el proceso de incorporación de normas y consideraciones positivas para la naturaleza en la legislación y los marcos normativos.

Las reformas políticas y jurídicas representan un paso fundamental para garantizar la aplicación generalizada de prácticas sostenibles y el despliegue de entornos urbanos más seguros y resistentes.

Invertir en investigación y desarrollo (I+D) también debería ser una prioridad para mejorar la competitividad, fomentar la innovación y acelerar la transición sostenible. El sector de la construcción se considera tradicionalmente conservador y de baja tecnología debido a la falta de inversión en investigación y desarrollo (I+D), que se estima en un solo dígito como porcentaje de los ingresos. En este caso, las desgravaciones fiscales -como los créditos fiscales del Reino Unido a la actividad de I+D en el uso innovador de métodos ecológicos- pueden ayudar a fomentar la inversión en crecimiento e innovación sostenible.

4. Desarrollar asociaciones con empresas

Frente a las soluciones tradicionales de contratación, las asociaciones público-privadas (APP) destacan por impulsar la eficiencia y eficacia de los proyectos a lo largo de todo su ciclo de vida.

Como complemento necesario a los esfuerzos de planificación e inversión del sector público, el sector privado está en una posición única para desarrollar soluciones innovadoras, dado su conocimiento de los mercados y su experiencia en la transferencia de tecnologías avanzadas a productos.

Hydromedia, por ejemplo, un hormigón permeable diseñado por Holcim, es una de esas soluciones que absorbe el agua a un ritmo excepcionalmente rápido y ayuda a reciclar el agua de lluvia, evitando inundaciones y reduciendo al mismo tiempo el efecto isla de calor; se trata de una innovación del sector privado con claras aplicaciones en el sector público y en proyectos de infraestructuras.

Asimismo, Sony ha experimentado con ecosistemas aumentados y ha introducido más de 200 especies de plantas en los jardines de las azoteas de un complejo de edificios de Tokio, recreando ecosistemas naturales en el entorno urbano con ayuda de la inteligencia artificial.

5. Garantizar la inclusión en la toma de decisiones y el diseño conjunto

Todas las partes interesadas -gobiernos, empresas, comunidades locales o grupos de la sociedad civil- tienen un papel que desempeñar en la ampliación de las soluciones basadas en la naturaleza urbana, y las asociaciones son fundamentales para amplificar sus beneficios.

La Ecociudad Sino-Singapur de Tianjin, construida en un antiguo vertedero industrial, es un ejemplo de ello. Extensas redes verdes y azules crearán un pulmón verde en el centro de la ciudad y garantizarán una mayor circulación y calidad del agua, mejorando el entorno ecológico y proporcionando al mismo tiempo un entorno atractivo para los negocios y las actividades recreativas.

Freetown abordó sus propias limitaciones en el Ayuntamiento recurriendo a la participación de la comunidad y a la experiencia técnica voluntaria, para recopilar pruebas y construir un caso de negocio para el ambicioso programa Transform Freetown.

Para lograr ciudades sostenibles, hay que financiar soluciones basadas en la naturaleza

Nuestras ciudades están en primera línea de la triple crisis planetaria del cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad. Debemos tomar medidas inmediatas para hacer frente a estos retos.

Las soluciones basadas en la naturaleza son fundamentales para cumplir la Agenda de Desarrollo Sostenible de la ONU y hacer frente a los efectos del cambio climático, beneficiando a los ecosistemas y a la salud y el bienestar de nuestros ciudadanos y la economía. Invertir en la naturaleza es fundamental para acelerar la acción climática y la restauración de los ecosistemas.

Se acabó el tiempo de hablar. La naturaleza es clave para las personas, la economía y el planeta, y las ciudades están en primera línea. Para proteger las ciudades y a sus habitantes -y construir un mundo mejor para todos- hay que dotarlas de los medios y la financiación necesarios para aplicar soluciones basadas en la naturaleza.

Por Yvonne Denise Aki-Sawyerr (Alcaldesa, Freetown); Luis Donaldo Colosio (Alcalde, Monterrey); y Lord Sally Capp (Alcaldesa, Melbourne)

Este artículo forma parte de la iniciativa BiodiverCities para 2030 y el compromiso mundial de aumentar la inversión en la naturaleza para la resiliencia de las ciudades. Se ha elaborado enn colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la Universidad de Pensilvania, ICLEI, C40, Global Environment Facility, Climate Policy Initiative's CCFLA, Resilient Cities Network y el Centro de Resiliencia de la Fundación Adrienne Arsht-Rockefeller.