PROMOVER LA IGUALDAD DE GÉNERO ACELERANDO LA FINANCIACIÓN DE LA LUCHA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO
La crisis climática no es neutral desde el punto de vista del género, y las soluciones más eficaces deben centrarse en las necesidades y el liderazgo de las mujeres y las personas marginadas.
Las pruebas son claras: la crisis climática no es neutra desde el punto de vista del género. El cambio climático multiplica las amenazas. A medida que se intensifica la inestabilidad, las mujeres están cada vez más expuestas a los conflictos y sus externalidades, como la violencia de género y la persecución. Y como las mujeres están desproporcionadamente representadas en los sectores informal y agrícola, se encuentran entre las más vulnerables a las fluctuaciones de los recursos y a los fenómenos meteorológicos extremos. Las arraigadas desigualdades económicas, sociales y culturales hacen que las mujeres estén infrarrepresentadas en los órganos de gobierno, las instituciones financieras y los sectores clave y, en consecuencia, tengan menos voz a la hora de dar forma a las políticas que podrían mitigar estos retos.
En medio de la crisis climática, quienes están más cerca de los retos son también quienes tienen las soluciones más eficaces. Sin embargo, las mujeres suelen quedar excluidas de los sistemas de financiación climática que podrían catalizar los cambios transformadores que nuestras ciudades y sociedades necesitan para ser más resilientes. La gran mayoría de los acuerdos de financiación climática no aplican una perspectiva de género a su estructura, y los proyectos de mitigación y adaptación dirigidos por mujeres luchan por acceder al capital necesario para ampliar su escala y generar un amplio impacto. La infrarrepresentación de las mujeres en puestos de liderazgo y en sectores urbanos clave priva a las ciudades de una doble oportunidad para superar la desigualdad de género y mejorar la resiliencia climática. En las ciudades, las mujeres están más en sintonía con las necesidades de sus comunidades y, por consiguiente, son más eficaces a la hora de organizarse en torno a soluciones para la resiliencia. Numerosos estudios demuestran que cuando se incluye a las mujeres en puestos de liderazgo, su enfoque colaborativo y participativo en la toma de decisiones da lugar a resultados más eficaces, equitativos y sostenibles. Las mujeres también son más sensibles y receptivas a la necesidad de acción climática, y más hábiles para integrar los objetivos climáticos en la toma de decisiones.
Dado que las ciudades sólo reciben el 1% de la financiación climática que necesitan para hacer frente a las necesidades de mitigación y adaptación, existe una necesidad urgente de ampliar los recursos monetarios puestos a disposición de las zonas urbanas. A medida que los gobiernos y las instituciones financieras se esfuerzan por resolver este déficit de financiación, es imperativo que apliquen una fuerte perspectiva de género en este esfuerzo. Esto requiere un enfoque polifacético. Tanto los gobiernos como las instituciones financieras deben hacer un esfuerzo concertado para elevar el liderazgo y las perspectivas de las mujeres. La representación de las mujeres y de las poblaciones marginadas en la toma de decisiones puede ayudar a garantizar que las políticas y los mecanismos financieros se centren y reflejen un conjunto diverso de necesidades. En las ciudades, esto podría conducir al desarrollo de programas que aborden de forma explícita y eficaz los retos a los que se enfrentan los más vulnerables y en situación de riesgo y, en última instancia, refuercen la resiliencia general. Junto con la ampliación de las consideraciones de equidad de género y el liderazgo de las mujeres dentro de nuestros sistemas, los mecanismos de financiación deben evolucionar para responder a las iniciativas dirigidas por mujeres allí donde se encuentren y garantizar que puedan arraigar y crecer. Aunque las instituciones financieras y los gobiernos están empezando a tener en cuenta el género en sus decisiones de financiación climática, sigue siendo difícil para las mujeres acceder a recursos financieros, créditos y oportunidades de inversión, especialmente en los países del Sur Global. Al orientar las subvenciones, los préstamos y las oportunidades de inversión específicamente hacia las necesidades de las iniciativas climáticas dirigidas por mujeres, las instituciones y los gobiernos pueden amplificar su impacto e invitar a la innovación futura. Unas opciones de financiación ágiles y dinámicas son esenciales para satisfacer una amplia gama de conceptos.
En Marrakech, por ejemplo, el liderazgo de las mujeres está cambiando el panorama del transporte en la ciudad. Pikala, una empresa fundada por mujeres, está convirtiendo la bicicleta en una forma neutra en carbono de conocer la ciudad y, además de ofrecer recorridos en bicicleta por Marrakech, ofrece clases gratuitas de ciclismo a las mujeres para empoderarlas y abrirles nuevas oportunidades. Y en Belém (Brasil), empresas de agricultura sostenible dirigidas por mujeres impulsan la floreciente bioeconomía de la ciudad.
A medida que las instituciones financieras y los gobiernos trabajan para integrar las consideraciones de equidad de género en el desarrollo y la financiación de proyectos, UrbanShift está elevando el papel fundamental que desempeñan las mujeres en la resiliencia urbana y garantizando que las mujeres tengan acceso a recursos, fortalecimiento de capacidades, y conexiones dentro del sector para acelerar sus esfuerzos. Nuestros eventos de promoción sirven de plataforma para que las mujeres líderes compartan su perspectiva sobre la financiación climática urbana. Durante el Foro de América Latina UrbanShift en Belém, Brasil, organizamos un panel de expertos -compuesto por cuatro mujeres y un hombre- para debatir la urgente necesidad de aumentar el flujo de financiación climática a las ciudades. Y tras la Cumbre de Ciudades y Regiones UNEA-6, organizada por el PNUMA y UrbanShift, fue la alcaldesa Joy Belmonte, de Quezon City (Filipinas), quien transmitió el poderoso mensaje a la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente sobre el papel fundamental de las ciudades para hacer frente a la crisis climática.
Para construir ciudades verdaderamente sostenibles y equitativas, es preciso escuchar, dotar de recursos y empoderar a las mujeres en todos los niveles, desde la comunidad hasta el gobierno. Solo cuando hagamos que nuestros sistemas sean más inclusivos y representativos podremos encontrar soluciones, y nuestras ciudades y nuestro planeta saldrán fortalecidos de este esfuerzo.
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Centrado en el lanzamiento del Informe Anual UrbanShift 2023-2024, este seminario web dirigido por el PNUMA destacará las lecciones aprendidas y las mejores prácticas para reforzar la resiliencia urbana.
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Informe sobre las Ciudades del Mundo 2024: Las ciudades y la acción por el clima
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